miércoles, 9 de diciembre de 2015

Subida a la "Sierra de Layos"

Otro reto conseguido

El pasado martes 8 de Diciembre, festividad de la Inmaculada, fue el día elegido para acometer la ruta que nos llevaría hasta la Sierra de Layos, uno de los seis picos de la provincia y que aún estaba pendiente de subir.



El martes a pesar del frío y de la niebla que había en Toledo (aunque se podía ver), decidimos dirigirnos hacia una de las cumbres a la que nunca habíamos intentado subir, la sierra de Layos.


Salimos hacia las 10:15 h de la mañana por el camino de subida a Nambroca, para una vez llegar al pueblo dirigirnos hacia Burguillos.
Desde Burguillos tomamos la vía de la prueba BTT Provincial de Toledo 2015 que nos llevaría hasta la sierra de Layos.


Una vez pasado el pueblo de Burguillos continuamos nuestro recorrido por via BTT Burguillos 2015 y comenzamos el ascenso fácil hasta llegar muy próximos a la sierra.


Aunque todo el recorrido era camino, las numerosas piedras y tierra suelta iba a ser un inconveniente para la tracción de la Scott en la subida a la montaña, pero nuestras nuevas cubiertas Rubena Scylla iban a cumplir a la perfección.


Un paisaje propio de la más dura Titan Desert, y las muchas ganas de conseguir subir lo más alto eran los ingredientes que necesitábamos para motivarnos y conseguir el reto de hoy.
Continuamos el recorrido y encaramos las primeras rampas de subida que nos llevarían hasta la cota máxima de 893 m partiendo de un nivel de 491 m.


Un bonito paisaje desde el que ya en los primero tramos divisábamos tanto la sierra de Burguillos como la de Nambroca. Dos de las sierras que ya habíamos subido en ocasiones anteriores.
Continuamos el ascenso a pesar del frío y lo accidentado del camino. Mucha vegetación y caza menor nos hacían más ameno el ascenso de rampas muy duras y que injustamente no se muestran en toda su magnitud en las fotos, aunque os puedo garantizar que eran muy exigentes.


Pero después de llegar hasta allí, no íbamos a ceder en nuestro propósito de alcanzar la cumbre y seguimos dándolo todo para al fin alcanzar nuestro objetivo, coronar otra de las sierras míticas que circundan la ciudad de Toledo, la sierra de Layos.



Una vez en lo más alto que se puede alcanzar, nos entretuvimos a disfrutar de las vistas e intentar sacar algunas fotos para mostraros uno de los lugares que de no ser gracias al MTB nunca hubiéramos conocido, y que realmente merece la pena el esfuerzo realizado para poder disfrutar de la satisfacción de conseguir lo que te propones.

 
 

Continuamos camino hasta asomarnos a la parte contraria de la sierra, donde comenzaba el descenso de la cara posterior, pero no bajamos ya que el tiempo se nos echaba encima. Así que decidimos dejarlo para otra ocasión y tener excusa para volver.
Aún así, os dejamos algunas fotos que muestran lo bonito del lugar en el silencio del campo, entre encinas y perdices.


 

Después de la satisfacción por haber conseguido alcanzar la cima, regresamos por el mismo camino que nos trajo hasta aquí, y si difíciles eran las subidas por lo accidentado y la enorme cantidad de material suelto del terreno, no menos difícil a la vez que peligrosa iba a ser la bajada.


En las fotos anteriores os muestro la misma subida antes y después de conseguir subirla. Aunque desde la segunda foto se ve la altura alcanzada, no se muestra la dureza de la misma, pero os podréis hacer una idea que no fue fácil conseguirlo.


Al descender, puesto que habíamos olvidado el mapa con el track que íbamos hacer en la jornada de hoy, nos equivocamos de camino en un cruce y nos llevó a conocer este lugar tan singular. Quizás llevar una bici de montaña hace que te sientas siempre seguro por el campo, ya que no existe obstáculo que no se pueda superar. Y siempre te lleva a descubrir lugares curiosos como este.


Una vez más la sinrazón de algunos que se empeñan en poner puertas al campo, aunque para eso estamos nosotros, para demostrarles que el campo es de todos, aunque ellos sean los propietarios, y que no hacemos ningún daño por intentar disfrutar de aquello que nos apasiona, el deporte sobre las dos ruedas.

Después de haber recorrido más de 50 km en poco más de cuatro horas, y del esfuerzo físico y el frío que pasamos, espero haberos acercado un lugar que no conocíamos y que hayáis disfrutado y os haya gustado tanto como a mí.